jueves, 6 de enero de 2011

La Digestibilidad del Pan de Trigo

LA DIGESTIBILIDAD  DEL “PAN  DE  TRIGO “


La digestibilidad de las proteínas del ‘Pan de Trigo” depende en sumo grado de la cocción completa de este alimento, en donde al quedar el  “gluten”, es más fácil la acción de los jugos gástricos digestivos. Por lo tanto, el Pan de Trigo, por sus componentes  de  carbohidratos, proteicos, minerales, vitamínicos y su fibra, es de mayor interés dietético  si lo comparamos con los  alimentos  consumidos en estado naturales, es decir: crudos.
Por ejemplo, una rebanada  de pan de trigo, de 30 gramos, de pan de sándwich de la panadería artesanal  de la esquina, untada con “margarina”  (del mundo vegetal) o de “mantequilla” (del mundo animal) , logran saciar el apetito mucho mejor que varios alimentos juntos.
La absorción de la  grasa en el organismo es eficiente siempre que y aunque su digestión depende del punto decisivo de su fusión. El trigo tiene su fusión en el punto del  15oC, eso quiere decir que es un  “aceite vegetal” natural. Es por eso que el pan es de fácil digestibilidad, favoreciendo el paso rápido por el intestino del cuerpo humano, pues, a mayor cantidad de “fibras insolubles” y  “solubles”, más la grasa, se digiere rápidamente. La mejor proteína de los cereales es la del trigo (pan) y aunque  está considerada de segunda clase, ya que al degradarse en nuestro organismo  no  nos ofrece los “aminoácidos esenciales” para la nutrición, garantiza una buena y equilibrada “alimentación” al suministrar las “proteínas” diarias, convirtiéndose en conjunto con otros acompañantes, proteínas de primera clase.
Al morder un “mendrugo” de pan, empieza en la boca la digestión de  este derivado del trigo. Los almidones se transforman por la acción de la “saliva” en “maltosa” y “dextrina”, y la intensidad, así como  la transformación y la perfección de esta acción, dependerá   única y exclusivamente del tiempo que lleva el pan “cocido”. El pan recién horneado, no es aconsejable comerlo, pues, es difícil masticarlo bien, además, por su alta humedad, permite almacenar en los intersticios de los dientes, residuos (partículas) de masa o de miga, favoreciendo de esta manera la inexorable acción  negativa de las “bacterias locales” y las “sustancias carbohidratadas” al permitir, en particular al “Lactobacilo  Acidophilus” fermentar estas partículas , formándose así en productos  metabólicos  ácidos que ablandan y desintegran el esmalte y la dentina. A su vez deja la pulpa de los dientes expuestos a ser invadida  por otras bacterias, especialmente por los “estreptococos” y la formación de la cavidad que son características de la “caries dental”.
Además que al ingerir el “pan   caliente” (Proverbio latino  : Pan caliente, mucho en la mano y nada en el estómago”), hace daño  al estómago , pues, se requiere mayor cantidad de jugos gástricos para su digestibilidad, y es por eso que produce “cansancio” al cuerpo humano.
Esta es una de las razones que los “panes” tienen que ser consumidos en “tamaños” grandes (un kilo o kilo y medio cada pieza) y a partir de las 24 horas después de hornearlos, tanto es así que los panes tostados y las galletas son de más fácil digestión, al deshacerse en la boca, gracias a una buena masticación y a la acción de la saliva, manteniendo de esta manera una “dentadura” más sana.
Por lo tanto, al masticar así el pan, las partículas ya secas, permiten y estimulan las “secreciones” de la saliva en forma abundante, impregnando fácilmente todas las capas y migas del pan, haciendo digestible y apetitoso dicho alimento.
Se ha determinado científicamente, después de muchos y cuidadosos estudios a nivel mundial, que el pan de trigo permanece en su “recorrido por el intestino del cuerpo humano, menos de cuatro horas” en donde, sus elementos principales, se transforman en proteínas, a pesar de lo sólido  que suele ser este milagroso alimento.

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